domingo, 25 de abril de 2010

Pastores Buenos y Pastores Tontos


La imagen bíblica de Jesús, Buen Pastor, es una de las expresiones más hermosas que identifica el perfil del maestro en relación con sus discípulos. Jesús Buen Pastor, Jesús líder, dotado de una fortaleza extraordinaria que necesariamente le viene de Dios. Transmite seguridad y confianza; por eso lo siguen. De lo contrario andarían todos despistados. El sacerdote líder-pastor, si quiere transmitir seguridad requiere: objetivos claros, precisos, nobles, metas liberadoras, es decir, centrado en su misión evangelizadora; identificado, configurado con Jesucristo Buen Pastor por excelencia, como decía San Pablo: “ya no soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí”. Requiere además una gran capacidad de transmitir, de ilusionar, de generosidad en su acción pastoral, de defender hasta la muerte a su comunidad. Requiere amor, mucho amor, oración, mucha oración, espiritualidad de comunión, unidad, mucha unidad.

Nota uno el cariño especial del Señor a su comunidad: “mis ovejas”. Las quiere verdaderamente, las contempla. Sabe cuáles están enfermas, cuáles están sufriendo, sus aspiraciones, sus ilusiones, sus tentaciones, sus fracasos y sus éxitos. Estas son algunas pinceladas del perfil del Buen Pastor que debemos tener Obispos y Sacerdotes.

Hay una parábola paralela a esta. Llamémosla la parábola del pastor bobo o tontarrón. Comienza así: Quién de ustedes que tiene 100 ovejas y se le pierden 95, deja esas 95 que se las traguen los lobos y se queda con las 5 y les dice: “mis 5 ovejitas no se vayan a mover de aquí como esas 95 que se fueron yo les voy a dar buena comida y las voy a cuidar. Vamos a colocar una cerca bien alta para que nadie pueda entrar. No se vayan a organizar porque las castigo. A mí me gusta que me obedezcan. Nada de sindicato en busca de participación. Equipos de animación parroquial, consejos, grupos, eso es del diablo. Nada de plan global ni de programación. Para qué todo eso…” juzguen ustedes.

Tal vez nos hacen falta auténticos pastores al estilo de Jesús que sean líderes – pastores.

Al mismo tiempo que encomiendo a la comunidad cristiana de Cúcuta a todos mis hermanos sacerdotes y a su Obispo, reconozco sus esfuerzos evangelizadores, su entrega y su lealtad y pido intensamente al Señor que nos haga pastores – líderes según su propio estilo.

¡Feliz día del Buen Pastor!

+ JAIME PRIETO AMAYA
Obispo de Cúcuta y Administrador Apostólico de Nueva Pamplona


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