domingo, 2 de mayo de 2010

El Trabajo, único camino para salvar la Democracia


1. Cada vez resulta muy claro y urgente que la Democracia en Colombia y en general, en América Latina necesita un nuevo contrato social fundamentado en el trabajo y en valores éticos que toquen el nivel más profundo de la persona humana como es el cultural.

2. Este mensaje del PRIMERO DE MAYO lo he dirigido especialmente al hombre y a la mujer trabajadores dentro de sus diferentes estados y niveles, desde quien goza de algunas seguridades que le puede dar un contrato de trabajo , hasta, el informal, el desempleado, el desterrado que tiene que sobrevivir frecuentemente de la misma limosna. Tal vez he descuidado a las personas que detectan los mecanismos del poder económico, del capital, y que son los que más hablan de defender la democracia que ellos mismos progresivamente están debilitando y destruyendo. Para ello solamente recordemos que la crisis económica de occidente no la produjo el trabajo sino el mismo capital.

3. A diez años de iniciado este tercer milenio nota uno la interrelación de tres grandes paradigmas parecidos a la misma revolución industrial. El primero es el Tecnológico acompañado de las TIC’s o técnicas de información y comunicación que al transferir a la máquina funciones del cerebro humano producen grandes consecuencias y avances no solo en la producción industrial sino también en la intelectual y en el mismo sector de los servicios.

El segundo paradigma es el económico que conjuntamente con el primero ha revolucionado a partir de las finanzas las mismas reglas tradicionales de la economía. Su efecto es la globalización.

El tercero, es bien difícil de determinar en cuanto uniendo los dos anteriores está produciendo una crisis del poder político que se desliza rápidamente hacia lo económico.

4. De ahí la pregunta. ¿Quiénes tienen en definitiva el poder en la actualidad? La respuesta no se hace esperar: los grandes grupos financieros que con alianzas y fusiones se consolidan en enormes monopolios de poder. Igualmente los grupos mediáticos cada vez más fuertes sin mayor control por parte del Estado. Hemos sido testigos en este debate presidencial de lo anterior. En consecuencia, el poder político se desliza progresivamente hacia el mismo poder económico perdiendo así su autonomía fundamental en el ejercicio de una auténtica democracia. La misma dinámica mundial trata de contener esta avalancha asociándose en bloques USA-Unión Europea, Asía-Pacífico-China…

5. Podemos hablar entonces de un CAPITALISMO GLOBAL, convertido en una ideología, en una filosofía, en una línea de acción. Deja de ser una simple técnica para comerciar con un gran lema “ayuda no… comercio sí”. Todo se puede comerciar y todo debe producir, la salud, la educación, la misma religión, el deporte, se venden y se compran jugadores al estilo de los esclavos de épocas pasadas. Las marcas son las que dominan el mercado secundario. La pregunta es, ¿no estará pasando lo mismo con la cultura? En resumen, si nos preguntáramos con respecto a los factores de producción cuál es el central. Hoy tendríamos que responder que el CAPITAL. Los otros dos casi que desaparecen.

6. Ante esta escandalosa realidad, como Iglesia, tenemos que asumir nuestra voz profética, que muchos la denominan despectivamente como “profetas de desgracia” pero los mismos cuando planteamos nuestra propuesta evangélica nos denominan “mercaderes de ilusiones”.


Rechazamos enérgicamente este maquillaje de lo que antes se llamaba “capitalismo salvaje” por este “capitalismo global”. Nos parece perverso en su funcionamiento, completamente ausente de principios éticos y totalmente desenfocado en sus prioridades. Luego de recorridos diez años de este milenio, nadie cree que será posible llegar a cumplir las metas y desafíos que se plantearon como objetivos del milenio, en especial el de erradicación progresiva de la pobreza.
La simple presentación de datos nos da una idea de la falta de conciencia y voluntad para colaborar en la solución de problemas tales como la educación. ¿Cuánto se gasta en USA en la producción de cosméticos y perfumes? y ¿cuánto se requerirá en el mundo para financiar la educación básica?


Rechazamos un sistema que produce permanentemente en la sociedad empobrecidos y excluidos.

7. Por mas ilusos que nos llamen,


Proclamamos al trabajo como “una dimensión fundamental de la existencia humana no solo como participación en la obra de la creación sino también de la Redención” Así lo expresa el Siervo de Dios Juan Pablo II en su encíclica Redemptor hominis n.1” a través de la Encarnación, Dios ha dado a la vida humana la dimensión que quería dar al hombre desde sus comienzos…” Por tanto, el hombre en toda su condición, especialmente, de trabajo, es expresión de su plena humanidad, tanto en su condición histórica como escatológica (cfr Compendio D. S. I. n. 263) El misterio del hombre solo se aclara en el misterio del Verbo Encarnado.


Proclamamos la dignidad fundamental del trabajo y de los trabajadores y trabajadoras en su doble dimensión sujetiva y objetiva como lo explica Juan Pablo II en su Encíclica Laborem Exercens n.6.


El trabajo en sentido objetivo es el conjunto de actividades, recursos, instrumentos y técnicas de las que el hombre se sirve para producir, para “dominar la tierra”. En cambio el trabajo en sentido sujetivo es el actuar del hombre en cuanto ser dinámico, capaz de realizar diversas acciones que pertenecen al proceso del trabajo y que corresponden a su vocación personal (cfr. Compendio D.S.I. n. 270). De ahí que el trabajo engloba el simple concepto de empleo y le da toda su razón de ser.


Reiteramos nuestro compromiso eclesial con los conceptos y prácticas del denominado “trabajo decente” y su relación con el desarrollo humano integral y sostenible.

8. Convocamos fraternalmente a los nuevos actores del poder (empresarios, medios de comunicación etc) a analizar conjuntamente con las organizaciones de los trabajadores, como también con movimientos de trabajadores de derechos humanos, con la sociedad civil, con las Iglesias, con políticos y con el mismo Estado toda la problemática actual del modelo de desarrollo para buscar nuevos modelos fundamentados en principios éticos y en la búsqueda de una auténtica democracia en donde todos podamos participar y todos nos sintamos representados.

9. Que Jesucristo Dios hecho hombre del trabajo y su padre adoptivo José el patrono de trabajadores y trabajadoras sean nuestros guías en esta tarea que debemos comenzar cuanto antes en nuestra querida Colombia.

+ JAIME PRIETO AMAYA
Obispo de Cúcuta
Presidente Comisión Episcopal de Pastoral Social